La convivencia de cualquier grupo humano, requiere de un marco de referencia que defina lo que no es permitido. Este código de conducta incluye al grupo de miembros de la familia involucrados en una Empresa Familiar, sea en el rol de propietario, de empleado o de ambos.
El conjunto de normas establecidas debe enfocarse en aquellos temas sensibles de la relación entre ellos en el ámbito de la empresa, y de la propia empresa con ellos. Un claro ejemplo de su necesidad, es la del “derecho de pertenencia”. Este derecho se origina en la condición de miembro de la familia propietaria. Está implícito en la expresión “nuestra empresa”.
De esa expresión pueden desprenderse convicciones de el tener asegurado un trabajo en la organización, de una buena remuneración incluyendo prestaciones, de un puesto de mando, del uso de los activos para fines personales, y otros tantos.Y estas creencias suelen desprenderse más temprano que tarde, diferencias, discusiones, malos momentos, distanciamientos, en una palabra conflictos.
Así las normas son medios para prevenir y aún resolver conflictos, y lo son sobre todo si reflejan acuerdos establecidos entre los involucrados. Y desde luego el momento más propicio para llegar a estos acuerdos normativos es cuando reina la paz entre las partes.
A este conjunto de reglas se le conoce como Código o Constitución Familiar y dentro de los temas claves a normar, se encuentran los siguientes:
Todo esto y más es un elemento que mucho contribuye a que se cumpla esa máxima de sabiduría popular que dice: “Reglas claras……sociedades largas”.
